MANABÍ ES UNA PROVINCIA DE ESTIRPE CAMPESINA.
La principal actividad de los habitantes de Manabí tiene un elemento que es común a todos, la actividad agrícola y ganadera; y en los pueblos con acceso directo al mar, predomina la pesca.
Según el último censo de población y vivienda, de los 497.665 trabajadores activos registrados en el 2010, el 27,63% se dedica a la actividad agrícola, ganadera y pesquera, y de ese porcentaje un total de 25.065 personas vinculadas a las señaladas actividades vive en la zona urbana, y 112.463 en la zona rural.
Lenín Vera, director de la carrera de Ingeniería Agrícola de la Escuela Superior Politécnica Agropecuaria de Manabí, Espam, sostiene que desde el punto de vista cultural la vocación del campesino está enfocada en la agricultura.
“La producción de la tierra, de ganado y aves, ha estado ligada al manabita desde los ancestros, y se ha transmitido por generaciones, pero actualmente vivimos un cambio generacional que en cierta medida hace que se pierda esa vocación”, refiere Vera.
Fomento. Vera cree que “debería refomentarse la vocación del campesino para evitar su emigración, porque va a engrosar los cinturones de miseria en las ciudades, porque no tiene habilidades para enfrentar los trabajos en la zona urbana, y se desprende de una forma útil y honesta de ganarse la vida que aprendió de sus ancestros”.
Vera sugiere que en base a las fortalezas que posee el campesino se potencialice ese capital humano, mejorando el marco jurídico, dando créditos. “El seguro agropecuario ha sido un gran paso, pero se debe desarrollar una cultura del aseguramiento, porque un problema que enfrenta el productor tiene que ver con los cambios climáticos que convierten a la agricultura en una lotería”.
José Vélez, es un campesino de Junín, vive en Las Tabladas, donde los principales problemas.
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